Tengo una muerte encantadora
que suspira los delirios de la lluvia
Le reza al dolor y a las espadas.
Susurra condiciones.
Baila el rock de remeras usadas,
finge que huele bien.
Y tal vez encuentre en mí ,
esos dorados ataúdes.
Y tal vez encuentre en mí,
pequeñas municiones.
Un par de demonios se la disputan
entre infiernos y pescados fríos.
Y el sol vuelve a ser el rey,
mientras se escucha el viento
en su viaje infinito.
Y tal vez encuentre en mí,
deliciosos pecados.
Y tal vez encuentre en mí,
el amor y el ruido.
Sabe que Dios no espía,
y su vanidad es perfume de vainilla.
Me tira al vacío y se conforma,
sabe que no he muerto.